Nació el 9 de junio de 1946, en San Isidro, Provincia de Buenos Aires. Vivió durante su infancia y adolescencia en el mismo domicilio de San Isidro. Era hijo único. Sólo abandonó San Isidro cuando se casó (lo hizo en una iglesia de una villa de Lugano, con curas del tercer mundo) y se fue a vivir a Lomas de Zamora, pero tras separarse al poco tiempo volvió a la casa de sus padres.
Se recibió de Abogado en la Universidad Católica Argentina en 1971. Integró la Asociación Gremial de Abogados y participó activamente de sus reuniones, además formó parte desde sus inicios del Movimiento Social de Abogados. Tuvo un estudio con el abogado José María Monti.
En una época, fue meritorio en los Tribunales de San Isidro. En la UCA se desempeñó en el sector de becas y préstamos de honor.
Ejerció en forma independiente la profesión, dedicándose en especial al derecho penal y la defensa de presos políticos. Tuvo casos en el Camarón, actuaba en la unidad de detención 22.
Era muy generoso y le gustaba estar rodeado de gente. Un gran conversador, lo recuerdan como una persona alegre, siempre con una sonrisa en la cara. Quienes lo conocieron, aseguran que José tenía “una excelente pluma” y una gran verborragia.
Durante poco tiempo trabajó en una biblioteca municipal. José era un gran lector. Le apasionaba leer filosofía, particularmente Ortega y Gasset y Julián Marías. Admiraba a Arturo Jaureche. Tenía gran afición por la música clásica, en su adolescencia no se perdió ningún concierto en la facultad de derecho. Era también fanático del folklore.
Durante sus años universitarios, empezó a despertar en José su conciencia social y política a través de la agrupación estudiantil llamada ACES, Acción Comunitaria de Extensión Social, con la que hizo un trabajo muy importante de ayuda en una villa de González Catán. José no era un católico fanático, pero sí un profundo cristiano.
Fue un peronista convencido y verticalista que luego se desencantó de Perón. Era un entusiasta de la Revolución Cubana.
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