Antonio Sosa















Nació en Piedra Blanca, Catamarca, el 28 de diciembre de 1928, pero vivió gran parte de su infancia en San Antonio Oeste, al sur de la Argentina. Allí, hizo la primaria y estudió tornería. Aprendió a nadar, le encantaba estar en el mar.




Tenía dos hermanas, Nélida y Liliana. Su padre era ferroviario, motivo por el que viajaban permanentemente, por eso cada hijo nació en una provincia distinta. Su madre, María del Rosario Rosales, con quien se llevaba 15 años, siempre lo incentivó a estudiar.

“El Negro” Sosa se fue a vivir a Buenos Aires a los 18 años, donde trabajó en los talleres ferroviarios de Escalada. Se casó y tuvo cuatro hijas: Graciela, Anahí, Silvia y Claudia. De grande, hizo el secundario en un colegio de Lomas de Zamora y estudió abogacía en la UBA, en donde se recibió a comienzos de los ´60. Recién en ese momento dejó de trabajar como ferroviario. Se separó al poco tiempo y conoció luego a quien sería su gran amor, Haydee Carrasco.

Antonio era muy reservado, callado, hosco, corajudo, valiente. Leía muchísimo, tenía una memoria atroz. En el medio de sus vacaciones, se despertaba a las cinco de la mañana para estudiar, sobre todo marxismo.

Sus defendidos lo consideraban un abogado al servicio del pueblo, laburante del derecho. No hizo dinero con la abogacía, siempre trabajó para algún sindicato y en la defensa de presos políticos.

Durante un tiempo, Antonio militó en el Partido Comunista, hasta fines de la dictadura de Juan Carlos Onganía. Luego no hay precisiones sobre el lugar exacto donde militó, lo concreto es que fue en un grupo armado chico.

Antonio fue detenido en tres oportunidades. La primera vez en 1971 y liberado el 25 de mayo de 1973; la segunda ocurrió ya en tiempos de dictadura, y la tercera fue definitiva. En junio de 1977, lo fueron a buscar a la casa de su madre en Banfield, donde estaba viviendo.


Quienes lo conocieron aseguran que “a Antonio lo secuestran porque era un militante político que utilizó el derecho como un instrumento que le podía servir en la lucha por un mundo mejor y que le permitía, por otro lado, conectarse con sectores obreros, defender los derechos de la gente”.